Sankaku no Kyori wa Kagirinai Zero - Prólogo
—Hypocrite lecteur, —mon semblable,—mon frére!
Lo he leído una y otra vez, como si fuera adictivo. La capa de polvo se ha caído, las páginas son amarillentas, hay rasguños por toda la portada. Los daños son visibles en todas las páginas. He dejado de sentir la misma emoción que me causaban aquellas letras.
Podría decir que sufro «Gestaltzerfall», los alemanes suelen usarla para referirse a cuando algo que has mirado durante mucho tiempo, dejar de transmitir su mensaje y emoción. Sin embargo, no me he despegado de un párrafo como si mí vida dependiera de ello, lo he leído una y otra vez hasta perder la cuenta.
—Sniff… —, no pude evitar oler la resina aplicada sobre el piso.
Por algún motivo me desperté temprano, y sin nada mejor que hacer, vine hasta aquí. Faltaba una hora. Dentro de una hora, daría inició la ceremonia de apertura. Esperaba sentado en el salón número 4 del segundo año, en una silla cerca a la ventana.
Se repetiría el mismo discurso que recita el director todos los años a los alumnos junto con el himno de la escuela, era su manera de recordarnos que vivíamos en la era Showa, al terminar nos explicarían los riesgos en caso de ser descubiertos por algún personal de la escuela si hacíamos cosas similares a las películas para mayores de edad.
Entonces, podríamos salir del gimnasio y dirigirnos a nuestros salones donde un nuevo año escolar nos depararía.
Durante todo el verano los salones no han sido ventilados con regularidad, su olor es semejante al de un edificio viejo, dentro de poco, este lugar rebosara de vida cuando sus nuevos inquilinos lleguen.
—Ahhh… —sin darme cuenta suspiré del aburrimiento.
Es la hora perfecta para imaginarme en mi rol como estudiante.
Me veo rodeado de amigos.
Me veo frente a mis profesores.
Conviviendo con los estudiantes con los que casi no hablo.
Exponiendo frente a todos.
No es algo tan malo, simplemente necesario para proyectarme. Mí consciencia trata de animarme. Aunque siento caer en la locura solo imaginando.
Antes de que eso suceda, me refiero a volverme loco, quiero experimentar cada una de esas cosas.
Me gustaría aferrarme a las cosas que siempre he anhelado.
En ese momento…
¿Es esa Ikezawa Natsuki? —pensé al verla.
Cuando menos me di cuenta, había una chica parada en el mismo salón que yo. Una hermosa chica con el mismo uniforme de mi escuela, no dejaba de mirarme.
—También me gusta ese libro, «Still lives»
Nunca esperé que ella me hablara. Mi cuerpo se sentía exhausto, no paraba de preguntarme “¿Quién es ella?” “¿La he visto antes?” “Esto es terrible”. Era un rostro bien definido, y sus ojos eran capaces de reflejar los misterios de la galaxia. Los rayos del sol de esta mañana hacían brillar su corto pero hermoso cabello negro.
Su blazer era nuevo, los dedos sujetando su mochila eran frágiles como una vela, era dueña de una mirada tan misteriosa que la hacía lucir indefensa. Por el otro lado, demostraba cierta madurez…
Siento una corazonada, era una misteriosa tormenta de emociones. ¡No es momento para esto! Trate de esconder el libro.
—¡Hola! ¡Ahaha! ¡Me tomaste por sorpresa! ¡Nunca me di cuenta de en qué momento llegaste! —fingí una sonrisa y hablé demasiado alto para ocultar mi vergüenza, —¿Cuánto tiempo llevas ahí parada? ¡Me hubieras avisado cuando llegaste!
—Acabo de llegar… ¿por qué escondiste tu libro?
—Oh ¿lo viste? Qué puedo decir…solamente le di un vistazo porque me lo prestó un amigo, no estoy seguro por qué lo hizo, pero, es un poco vergonzoso…
—¿Por qué es vergonzoso…?
—Pues… la gente no suele leer esa clase de cosas ¿no? Por eso lo leía en secreto en este salón vacío.
—No estoy segura de pensar que nadie lee ese tipo de libros, —corrigió su postura antes de corregirme. Su voz era como una sinfonía, —Lo más importantes es superar nuestras propias montañas, conectarnos con la gente, trabajar juntos, tal como las cigarras cantan en coro para descubrir aquellos mundos desconocidos, con esa visión interior que cada uno tiene del mundo, podrán caminar juntos, hombro con hombro y comprender sus corazones. Será como admirar las estrellas.
Traté de contener la respiración. Recitó la misma línea que yo repetía de memoria. Era uno de los diálogos encontrados casi al inicio del libro. Ella me miró fijamente en todo momento.
—Es una novela increíble, ¿no lo crees?
Un sentimiento intenso se fue formando dentro de mí sin percatarme. Era su opinión propia, libre de cualquier obligación ni pensamiento profundo detrás.
¿Cómo podría compararme con ella?
Usaba la novela como una fuga, como una excusa para seguir materializándome en mis pensamientos como una figura ideal. Como si me empapara los pies, mi odio hacía mí mismo crecía desde la punta de mis zapatos. Pasaron unos diez segundos sin que nadie dijera nada.
—Supongo… creo que es un buen libro… —lo admití, no podía soportarlo mucho más tiempo, —Personalmente, me encanta. «Still lives» es mí novela favorita —no dude en confesarlo, —Aunque… la gente creería que no es mi tipo de literatura. Por eso no me gusta que otras personas me vean leyéndolo… Porque, suelo perderme al hacerlo… —no podía creer lo que dije.
—Ya veo, —ella asintió sin molestarse por mi respuesta emotiva. Su mejilla blanca como la leche descremada se relajó, al punto de sonreír, —a mí no me molesta ni pienso mal de ti por leer esa novela, demuestra tus sentimientos hasta vaciar tu pecho y vive con orgullo, eso me agradaría más.
No podía respirar. Mi vista se volvió borrosa al contemplar su cabello. Tampoco podía mover mis dedos.
—¿Esta será tu clase?
—Ah… sí, eso creo —ella fue capaz de romper mi estado de petrificación con solo una pregunta, —¿también eres del 2-4?
—Sí.
—Nuca te había visto, ¿estuviste en primer año? —recordaría haberla visto. Aunque hay cerca de 200 chicas en mí mismo año, hubiese visto su rostro durante el festival cultural, las competencias deportivas o algún otro evento. No puedo recordarla en ninguno de esos momentos.
—Acabo de ser transferida. Mi nombre es Minase Akiha, es un gusto conócete.
—Ya veo. Una chica nueva… Bueno, pues, soy Yano Shiki, encantado de conocerte.
—Yano-kun, ¿cierto? —preguntó al mismo tiempo que miraba su reloj como si acabara de percatarse del algo. Cuando… —Oh, no, —parecía asustada.
¿Qué pudo suceder para hacerla cambiar de repente? ¿Se olvidó de algo importante?
Era una intrigante para mí. Hasta que noté un ligero cambio en su expresión. Su rostro preocupado hasta hace un momento, se volvió inexpresivo…luego parecía sorprendida y volvió a ser pálida, poco a poco iba cambiando su tono, era similar al del jugo de limón cuando se utiliza como tinta invisible.
Lucía tímida y cansada, pareciera que tuviera un alma diferente. Cuando nuestros ojos se encontraron…
—¡Wahhhh! —gritó como si me viera por primera vez.
—¿¡Q-Qué sucede!?
—¡N-Nada! —sonaba agitada, incluso sujeto su bolsa como si trata de defenderse, —¡d-disculpa! —sin darme tiempo para responder, salió corriendo del salón.
Volví a quedarme solo. Me acerqué para mirar el lugar desde donde salió corriendo. Ese olor a piso recién encerado volvió a inundar mi nariz, acompañado del calor de los rayos del sol por la mañana y una ligera brisa que recorría los pasillos aún vacíos.
Vaya…con que ella será mi nueva compañera de clases. ¿En verdad pasaremos días juntos en este salón? Ahora me doy cuenta de mi propia situación. Ese sentimiento incomodo de soledad que ataca mi corazón. Agh… ella me hizo darme cuenta de ese dolor.
Acabo de enamorarme.
9 de abril, hoy ha sido mi primer día como estudiante de segundo grado.
Tras una corta conversación… me he enamorado de Minase Akiha.
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