Kuro no Senki: Isekai Ten’i Shita Boku ga Saikyou na no wa Bed no Ue dake no You desu - Capítulo 1
Kuro no Senki: Isekai Ten’i Shita Boku ga Saikyou na no wa Bed no Ue dake no You desu
Capítulo 1:
Calendario occidental, febrero de 2019—Cuando Hisamitsu abrió la puerta, pudo sentir el viento frío y seco.
En el momento salió por la puerta, su visión se quedó en blanco.
Regresó de inmediato, pero ahora todo estaba inclinado.
Había perdido la consciencia. Seguramente fue un evento momentáneo.
Sin embargo, en ese corto periodo de tiempo, había perdido el equilibrio.
Si hubiera aprendido artes marciales, tal vez hubiera podido recuperar su postura.
No, espera, incluso con ellas, hubiera sido difícil. Después de todo, Hisamatsu nunca ejercitaba su cuerpo, a excepción de las clases de educación física.
Por eso, aunque hubiera dominado cualquier arte marcial, no sería de extrañar que ya se hubiera oxidado. Sería mucho peor si fuera un aficionado…
Qué desafortunado, esas palabras cruzaron la mente de Hisamitsu.
Hoy— Estaba a punto de tomar el examen para entrar a la preparatoria, pero tan pronto como salió de la puerta, se cayó.
Si eso no es tener mala suerte, entonces quien sabe lo que es.
Aunque él sentía que era inevitable. Al menos, debería rezar para no salir lastimado.
Hisamitsu entonces se dio cuenta que el tiempo pasaba muy lento.
Tal vez pueda hacer algo, pensando en eso, trató de alcanzar la bicicleta que tenía delante.
La punta de sus dedos tocó la canasta, pero no era suficiente para sostener su cuerpo.
La bicicleta lentamente se inclinó y la baldosa de la puerta se hizo cada vez más grande…
Hisamitsu inmediatamente cerró los ojos y aunque espero, la sensación de haber golpeado algo jamás llegó…
Y entonces…
“¡Eso duele!”
Un ligero impacto penetró su cuerpo, y Hisamitsu inmediatamente abrió sus ojos.
“¿…Dónde estoy?”
Cuando abrió los ojos y vio sus alrededores, descubrió que estaba en medio de un campo de cultivos. Un pequeño brote se asomaba del suelo, indicando que acababa de ser sembrado. Y, por lo que llegó a ver, los brotes se esparcían por todas partes.
“¿Por qué estoy en el campo?”
Hisamitsu murmuró mientras se ponía de pie. Su mochila cayó de su hombro.
Cuando inconscientemente miró hacia el suelo, la bicicleta estaba ahí…
“¿…Qué debería hacer?”
Hisamatsu exhaló y miró hacia el cielo…
***
Calendario imperial, año 340, quinto mes, primeros diez días del mes—Chrono estaba siguiendo las huellas de las ruedas…
Parte de ellas estaban ocultas en la hierba, pero continuaban hacía las profundidades del bosque.
Si el lugar por dónde transitaban las personas, caballos y carruajes eran llamados caminos, entonces esta definitivamente era uno de ellos.
Sin embargo, no era un camino que mantuviera un señor feudal. Era uno de esos famosos atajos.
Los caminos administrados por los nobles son relativamente seguros y estaban cuidados, pero para transitar por esos caminos, hay que pagar un peaje.
Por supuesto, entre más tiempo transites por esos caminos, más tienes que pagar.
Era una gran carga para los vendedores ambulantes y los plebeyos. Por eso tenían que encontrar una forma de ahorrar dinero y evitar pagar ese peaje.
“Aunque no creo que sea suficiente para correr el riesgo…”
Pero la gente buena no hará algo así en primer lugar, Chrono suspiró…
Mientras pensaba en eso, algo se movió dentro del bosque. Reflexivamente tomó su espada y miró su alrededor, pero no puedo ver ningún enemigo.
Supongo que fue algo natural, ¿eh? Los enemigos no son tontos. Si ya lo hubieran descubierto, entonces no tendrían que esconderse.
¿No hay nada? Habló para sí mismo mientras soltaba el mango de su espada.
Chrono, quien se acaba de graduar de la academia militar, no tenía experiencia en combates reales.
Si al menos hubiera sacado buenas notas, sería algo de elogiar.
Pero desafortunadamente, Chrono tuvo malas notas hasta su graduación.
Por supuesto, se esforzó, pero difícilmente pudo dominar las habilidades necesarias para una pelea.
Por eso se preguntaba si podría hacer algo contra el enemigo. Pero, incluso antes de eso, primero necesitaba preguntarse si podría matar a otro ser vivo.
Mientras Chrono miraba las profundidades del bosque, escuchó una audaz voz.
“General, ¿qué ocurre?”
“¡¿—?!”
Mirando hacia atrás, un gran hombre con una alabarda estaba parado ahí.
Pero no, mirándolo con atención, uno debería preguntarse si el hombre podría ser considerado un hombre grande. Tenía músculos de acero, con una altura que supera los dos metros.
Si reuniéramos a unas cien personas, la mayoría de ellas definitivamente dirían que es un gigante.
Pero la razón principal por la que no lo llamarían humano es por su cabeza de vaca.
En efecto, no era un humano. Era de una tribu de hombres bestia conocida como los minotauros.
Su nombre es MIno. Un soldado con más de una década de carrera, actualmente trabaja bajo las órdenes de Chrono como su ayudante.
“General, ¿qué ocurre?”
Como Chrono no le dio una respuesta la primera vez, Mino repitió su pregunta.
“Algo se está moviendo dentro del bosque.”
“No puedo ver nada, ¿sabe? ¿Tal vez se equivocó, General?”
“Me pregunto si es así.”
“General, atento.”
Ante las palabras de Mino, Chrono miró a su alrededor mientras tomaba el mango de su espada.
A su redonda, vio como sus subordinados cortaban los árboles y los procesaban.
“¿Cuántos son?”
“Lo comprobé con anticipación, son más de 700.”
“La mayoría de nuestros hombres bestia son de tribus con agudos sentidos. Si hay un enemigo frente a nosotros, es imposible que no lo hayan sentido.”
“En otras palabras, fue solo mi imaginación, ¿no?”
Chrono entonces soltó el mango de su espada y limpió el sudor de su mano con su uniforme militar.
“Bueno, cualquiera se pone nervioso la primera vez.”
“Primera vez, ¿eh?”
A Chrono le comenzó a doler su estómago.
“¿Está bien?”
“Lo siento, creo que estoy a punto de vomitar…”
“No sé por qué te uniste al ejercito con una mente tan débil.”
“Mi adre me dijo que los aristócratas deben asistir a la academia militar. Y, en ese entonces, nunca pensé que iba a luchar contra otro país…”
“En la frontera oriental, en el Santo Reino de Argo, es normal tener algunas escaramuzas contra ellos.”
“Ya lo sé…”
El Santo Reino de Argo era un país religioso al norte del Imperio Kepheus.
Entre ellos existía una relación hostil, que provocaban varias escaramuzas a lo largo de la frontera.
Debido a eso, la frontera nacional del este estaba bajo control directo del emperador Nouji.
“Nunca me imaginé que podrías usar un bosque primitivo como una ruta de avanzada…”
“Por supuesto que eso sería lo más probable.”
Mino asintió mientras cruzaba sus gruesos brazos.
El Imperio Cepheus y el Santo Reino de Argo estaban divididos por un gran bosque.
Era gracias a este bosque que las escaramuzas se veían limitadas.
“Además, El Marques Erakis está a una distancia considerable, ¿no es extraño que no nos ayude? No solo eso, también nos pidieron que luchemos contra 10, 000 hombres con solo 1, 000 hombres, si queremos ganar, yo creo que lo mejor es unir fuerzas.”
Chrono dejó caer sus hombros.
“Al menos, si un ejército de apoyo viniera…”
“Creo que lo mejor será que nos rindamos.”
“Supongo…”
Chrono suspiró. Aunque le pidieran refuerzos al Marqués Erakis, no tendrían una respuesta favorable.
“Rick y los otros no han regresado. ¿Es porque no le presté dinero? Maldición, de haberlo sabido, le hubiera prestado algo de dinero…”
“Era fácil suponer que iba a huir si le prestabas algo de dinero. General, desde su punto de vista, ¿no es mejor que huya?”
“¿Qué te hace pensar eso?”
“Bueno, es obvio, porque sería más beneficioso para usted, General.”
“No, no, no. Estaremos perdidos si huyo ahora. Es mejor pelear que huir.”
Podrías pensar en huir si provinieras de una familia famosa, pero, en el caso de la casa de Chrono, la familia Crawford era una nueva entre los nobles. Su familia no podría escapar de su castigo si huye.
“Además, no puedo dejarle todo a mis subordinados y huir.”
“Solo somos ‘semi-humanos’, no gana siendo amable con nosotros.”
Dijo Mino mientras enfatizaba la parte de semi-humanos.
Semi-humano es un término que se usa para referirse a los elfos, enanos, hombres bestia, se podría considerar como un nombre universal.
Sufren de discriminación y enjuiciamiento, a menudo son blanco de maltrato, y en algunos países, tiene como política la erradicación de semi-humanos.
“No estoy siendo particularmente amable con ustedes…”
“¿Entonces por qué se queda?”
“Ya te lo dije, lo mejor será que me quedé a pelear.”
“No entiendo por qué el General cree que tenemos la oportunidad de ganar, pero…”
Mino miró fijamente el bosque. Al final de su mirada se encontraba la cerca que fue construida a los costados del camino.
“¿Cree que esa cerca pueda contener al enemigo? ¿No les será fácil destruirla?”
“Creo que les será difícil porque enterramos los palos muy profundos.”
“¿No es mejor que tengamos una lucha de guerrillas?”
“Emocionalmente, me gustaría disminuir el número de enemigos, aunque sea un poco”
Chrono murmuró mientras miraba su sombrío futuro.
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