Kibishii Onna Joushi ga Koukousei ni Modottara Ore ni Dere Dere suru Riyuu ~ Ryoukataomoi no Yaronaoshi Koukousei Seikatsu - 0-Prólogo
Kibishii Onna Joushi ga Koukousei ni Modottara Ore ni Dere Dere suru Riyuu ~ Ryoukataomoi no Yaronaoshi Koukousei Seikatsu–Volumen 1
Prologo:
-Shimono-kun, ven un momento.
Mientras me ocupaba de presionar la tecla enter, la jefa del departamento me llamó.
Pensando en que la he cagado, para mí mismo, me levante del escritorio.
Debió de darse cuenta de que estaba a punto de dormirme, como estuve viendo anime hasta altas horas de la noche, en estos momentos me invade una feroz somnolencia.
Sin embargo, eso es inevitable.
Después de todo, anoche, el episodio final de ‘My Senpai Likes Me’ (A mi Senpai le gusto). No hay manera de que lo vea grabado, así que me decidí a quedarme despierto hasta tarde.
Por lo tanto, ahora me falta ese sueño tan esencial.
En ese estado, pase la hora del almuerzo.
El aire vaporoso de mayo llenaba la oficina, lo que no hacía más que agravar mi somnolencia y mis ganas de dormir, pero… gracias a la voz de la jefa del departamento, me despertó.
Por si fuera poco, la mirada de águila de la jefe de del departamento me atravesó.
A pesar de tener ojos rasgados, seguían siendo bastante grandes.
Su pequeña nariz acentuaba una presencia más infantil y adorable, pero teniendo todo en cuenta, era realmente más bella que la Gioconda (MonaLisa para los no conocedores).
No, es una belleza por encima de las bellezas.
En mis 27 años de vida, nunca he visto a una mujer que se viera mejor con el pelo largo y negro.
-¿Qué estás haciendo? Date prisa y ven.
Como me reprendieron porque me tomé mi tiempo, rodeé la pequeña isla conocida como mi escritorio y me apresuré hacia donde ella estaba.
-Disculpe, jefa. ¿En qué puedo servirle?
Su nombre es Kamijou Touka. Con sus escasos 28 años, ya tiene un departamento entero con 30 personas bajo su cuidado, lo que se conoce como una mujer de élite.
En este departamento, hay personas que tienen una historia más larga en esta empresa que ella, y sin embargo ni uno solo de ellos vio a Kamijou Touka como indigna de su posición.
Es una mujer con un talento excepcional.
Por cierto, mi nombre es Shimono Nanaya. Puede que tenga 27 años, pero soy lo más normal que puede haber, no soy digno de un puesto de tan alto rango. Al contrario, con la frecuencia con la que tiendo a meter la pata, la jefa me regaña mucho. Sólo un año nos separa, así que ¿Cómo puede haber una diferencia tan abismal de estatus tan grande entre nosotros? Con un ser humano tan perfecto delante de mí, no puedo evitar que me asalte un fuerte sentimiento de inferioridad.
Es excelente en su trabajo y una belleza digna de contemplar, así que no tengo forma de ponerme al mismo nivel que ella.
Incluso sus proporciones son perfectas.
Por la falda que llevaba, pude ver sus deslumbrantes piernas, dejándome sin saber siquiera dónde mirar.
Por no hablar de esas hermosas mallas, son tan bellas…
Ahh, quiero ser esas malditas mallas.
Como una hermosa superior que es experta en su trabajo, hablando en términos de mis preferencias por las mujeres mayores que yo, ella está en el centro exacto de mi zona de ataque.
Después de que nos reunimos en esta empresa, inmediatamente busqué en Internet un video de mallas femeninas esa noche.
Por supuesto, sólo lo busqué, no hice nada que no pudiera describir aquí.
Claro, claro, por algo he dicho que nos reunimos.
De hecho, ambos nos graduamos en el mismo instituto.
Como nunca tuvimos nada que ver, dudo mucho que se acuerde de mí, y mucho menos que nos hayamos graduado en el mismo instituto, pero siempre he admirado a Kamijou Touka.
En el instituto, poseía un magnífico liderazgo que le permitió ser elegida presidenta del consejo estudiantil, y he sabido de muchos estudiantes, tanto chicos como chicas, que la admiraban.
Naturalmente, yo formaba parte de ese grupo. Y, por supuesto, los sentimientos románticos se mezclaban allí.
Básicamente, mi amor por las mujeres mayores comenzó en el instituto.
Por supuesto, siendo alguien insignificante como yo, no podía confesarme, y simplemente la observaba desde las penumbras.
Aun así, ver su aspecto digno y deslumbrante era más que suficiente para mí.
¡Ahh, que recuerdos de la juventud, son tan maravillosos!.
Sin embargo, eso ya es el pasado.
Ahora mismo, Kamjou Touka… no es más que mi superior.
Un símbolo de temor y miedo, incluso podría decir.
Que ser llamado por ella de esta manera, mi corazón se acelera dolorosamente.
Me hubiera gustado huir de este lugar inmediatamente, acurrucarme en mi mantantita en casa y jugar juegos móviles todo el día.
Todavía tengo que reunir algunos materiales para subir de nivel a mi personaje favorito de Onee-san, no me gusta que me regañes.
-Un poco más cerca, ¿Quieres?
Mi superior me frunció el ceño, ordenándome que me acercara más a ella, sin saber que yo sólo era un hombre demasiado aterrorizado para moverse.
Naturalmente, no había ningún tipo de dulzura en ese gesto.
Después de todo, tenía los brazos cruzados, apoyados en su pecho que tenía un tamaño perfecto en mi opinión. Maldita sea… esto es lo mejor.
Qué poder destructivo.
En mi cabeza, siempre llamo a este tipo de cosas acoso de pechos.
¿Cómo puedo concentrarme en mi trabajo cuando alardea esos pechos por ahí?
Sugiero que nuestra empresa busque reformar nuestros métodos de trabajo.
**Mirada**
Por el amor de Dios…
**Mirada**
Ah, ahora me está mirando fijamente.
-Um, ¿he hecho algo otra vez?
Esta es mi frase.
En cualquier otro mundo, puede que sea bastante popular, pero en este mundo moderno en el que vivo, esta frase es la correcta.
Vivir como miembro de la sociedad es algo deprimente, déjenme contarles.
Cuando me acerqué a la jefa con esas palabras, de repente me agarró la corbata y me acercó la cara.
Un aroma floral me hizo cosquillas en la nariz.
Es el aroma maduro que hace que mi pecho se acelere.
Sus brillantes labios frente a mí empezaron a moverse, creando un tono confortable.
-Tu corbata está torcida. ¿Piensas ir a la reunión de mantenimiento y saludar a nuestro cliente con este aspecto?
Sus manos suaves y blancas me arreglaron la corbata.
Ah, sí, como me quedé dormido esta mañana, salí de casa sin comprobar debidamente mi aspecto en el espejo.
-Lo siento, y muchas gracias. Parece que somos una pareja de recién casados, jaja.
-¿Qué mierda estás diciendo? Estúpido. No es posible que los dos hayamos compartido un apasionado amor de oficina a espaldas de todos, para que tú, después de dos años y medio de salir juntos, me propongas matrimonio en un bonito restaurante… No, en un día normal en casa sería lo mejor, lo que luego nos llevó a casarnos y de ahí a salir juntos de nuestra casa con un beso de despedida. ¿Eres un estúpido? Por Dios.
-¡Sí, lo siento!
Mierda, estaba intentando encender un poco el ambiente, pero al parecer eso tuvo el efecto contrario y estropeó su estado de ánimo.
Su cara está roja como una remolacha mientras me regaña.
Incluso me ha llamado estúpido dos veces.
Supongo que es una mala costumbre mía decir más de lo que debería.
-De verdad… ¿Por qué crees que te hice responsable de un trabajo tan grande? Será nuestro primer encuentro con ellos, así que contrólate, ¿quieres?
-¡Sí! Eso es, será nuestra primera reunión, así que… ¡Ahhh, eso es! Hoy es el día de mantenimiento.
La empresa en la que trabajo, se llama ‘Corporación Anónima. Geotam Asuntos Comerciales’, se centra principalmente en ocuparnos de las máquinas de café, impresoras y otros dispositivos que están relacionados con la oficina.
Como también vendemos productos consumibles, como cartuchos de tinta y demás, cuando se trata de clientes más grandes, no sólo vendemos sino que también realizamos un mantenimiento mensual para llevar un seguimiento.
A partir de este mes, se me encomendó la responsabilidad de ocuparme del mantenimiento de uno de nuestros mayores clientes, actuando como uno de los puntos vitales de nuestras ventas en total.
Como las ventas de esta empresa cliente es bastante masiva, el número de sus dispositivos y equipos es de una magnitud totalmente diferente a lo normal.
Cuando se trata del mantenimiento de un gran número, variedad de dispositivos y equipos desarrollados por todo tipo de fabricantes, alguien sin experiencia como yo necesita un manual para proceder correctamente con este trabajo.
Entrar desarmado sólo acabaría en una humillación pública.
Sin embargo, estoy seguro de que este mantenimiento debía realizarse hoy, por lo que no llevaba conmigo todos los manuales necesarios.
Tengo los datos digitales, pero… imprimir todos los documentos necesarios hasta el momento de la reunión era prácticamente imposible.
-Ahhh, mierda…que debo hacer…
-No me digas…
-¡jefa… ayúdemeeeee!
Junto con un grito que podría salir directamente de una película de Doraemon, comenzó nuestra historia.
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