Aoharu Devil - 1-Capítulo 1
Aoharu Devil
Volumen 1-Capítulo 1
Hola de nuevo queridos espectadores, aquí Ioka Ito. Quería comentarles que he finalizado una de mis grandes sesiones de fotografía, el resultado estará incluido en la próxima edición de la revista. Mi estilista ha seleccionado cuidadosamente las prendas para la sesión y estoy muy contenta con el estilo que hemos logrado. Las prendas son de una alta calidad y tienen una textura asombrosa.
Esa mañana fui a clase como de costumbre, y mientras esperaba, saqué el teléfono y empecé a ver algunos videos, el mundo se mueve de forma tan vertiginosa que dificultaba seguir su ritmo. Me gustaba estar al tanto de las últimas tendencias, noticias, recomendaciones y lo que está de moda, a menudo solía pasar el rato en ver este tipo de cosas, y otras veces solía disfrutar de algún juego popular o leer algún manga conocido. Era un ciclo interminable que se repetía semana tras semana.
Sin embargo, en lugar de sentirme satisfecho, me encontraba abrumado. Era como intentar contar todas las estrellas en el cielo. Seguí mirando a aquella chica en la pantalla. La mayor parte del día me conectaba al mundo del internet por inercia.
Siento como si fuera una pequeña piedra en medio del sendero, observando el firmamento con un alma abrumada
Saqué de mi bolsillo un paquete de mentas, lo agité un poco para escuchar su peculiar sonido y volví a mirar el teléfono, noté que su accesorio en forma de estrella brillaba de una manera poco habitual.
No podía encontrar la respuesta a lo que había sucedido esa noche.
¿Por qué ella estuvo allí? ¿En serio eso pasó?
—Buenos días, Aruha
—Buenos días—respondí sin desviar la mirada del teléfono. De repente, escuché un golpeteo en mi escritorio. Al dirigir la mirada encontré varias cajas de plástico formando una especie de torre. Era tan alta que tuve que levantar la cabeza para ver su cima.
—¿Qué es esto?
—CD’s. Dije que te los prestaría ¿lo recuerdas? —respondió mientras inflaba ligeramente el pecho en señal de orgullo
Aquella chica es Miyamura Miu, una compañera de clase que habitualmente suele sentarse a mi lado. Su cabello rubio brillaba bajo el sol de la mañana, y sus pendientes resplandecían de igual manera. A pesar de que era inicios de verano, llevaba vestida una sudadera negra sobre su uniforme, lo que hacía que su pequeña figura pareciera un adorable conejito negro. Como era de esperarse, Miu es una amante de la música rock.
Su singular apariencia y sus hobbies poco comunes a menudo la alejaban de los demás compañeros, así que soy de los pocos que conforman su círculo de amistad. Nuestro primer encuentro fue bastante inusual, un día, su guitarra estaba a punto de caer de la mesa, así que me lancé al suelo para rescatarla, Miyamura al ver toda la escena se mostró muy agradecida, y desde entonces nos hicimos buenos amigos.
Puse el teléfono en la esquina de mi escritorio y volví a dirigir la mirada a sus colecciones de rock.
—Nunca he tenido un CD en mi vida, y mucho menos ese tipo de cajas.
—Son de los 70’s, ¿Sabes? Son muy valiosos.
—No hables como si fueran videojuegos. Además, no creo poder escucharlos.
—Hee ¿Por qué no?
—No cuento con un reproductor de CD’s
—¿Acaso eres humano? ¡Todo el mundo tiene al menos uno!
—Quizá sea cierto, pero no suelo ser fan de la música, y mucho menos de las estrellas de rock
—¡Entonces te vendría bien un viaje al pasado rockero! Podemos empezar con videos de la época. ¡Oh! Hablando de eso, te recomiendo escuchar a la banda japonesa “Inertia”. Acaban de hacer su debut, el cantante principal es muy atractivo y el guitarrista extranjero es su integrante estrella, su estilo es muy parecido al británico ¡Y además…
Decidí ignorar su discurso, pero envidiaba un poco la pasión con la que ella recomienda su música favorita, me gusta tenerla cerca. Mientras me perdía en mis pensamientos, Miu tomó mi teléfono del escritorio con entusiasmo y antes de que pudiera detenerla, ya había visto la pantalla. Me puse nervioso y le quité el teléfono de inmediato.
—Oye ¡No lo tomes sin mi permiso!
—Ehh ¿Es Ioka-chan? Supuse que estabas viendo algo sucio—respondió Miu
—¿También la conoces?
—Por supuesto, es la gran estrella de nuestro instituto.
—Pensé que solo te interesaba el rock
—No es del todo cierto
—Tus intereses son demasiado raros, por eso…
—Vaya, un chico introvertido como tú no debería decir ese tipo de cosas—estuve un poco atónito ante su respuesta — Como sea, ella es demasiado popular ¿Tienes idea de cuántas vistas tienen sus videos? Aparece en grandes revistas de moda junto con el patrocinio de marcas populares. Ha estado modelando desde la preparatoria, es muy de admirar. Cuando empecé la preparatoria, existía un rumor de que había una estrella de la moda en nuestro instituto y eso causó bastante revuelo. Y durante la primavera, había un sinfín de chicos que querían confesarse a ella.
—Eso suele ser muy común ante una chica así
—Sin embargo, se rumorea que los que lo hicieron fueron duramente criticados por ella, y a día de hoy no se han recuperado. Por eso Ioka-chan tiene el famoso apodo de “La Tiranosaurio de la preparatoria Sakamaki”
Aquel apodo puede parecer un poco extraño, pero tiene sentido, ya que lo que más la caracteriza es su fría actitud y sus sentimientos de odio hacia los demás, resultando ser comparada con un tiranosaurio, uno de los mayores carnívoros de la historia terrestre que habitó durante el periodo Cretácico. Todo eso confirma mis sospechas, sigo recordando claramente lo que pasó esa noche
¿Por qué estaba allí? ¿Qué era esa incandescente llama que rodeaba su cuerpo?
De repente, todo el salón se quedó en silencio, el sonido de unos zapatos junto a un gruñido se hacía muy presente en el ambiente.
—Aquí estás, Arihara Aruha —dirigimos la mirada hacia donde provenía la voz. Ito Ioka, la popular estrella, estaba presente —Por favor, sígueme
Aquella fría y distante personalidad era muy distinta a la que vi esa noche. Su cabello sedoso y brillante era de un negro muy oscuro, su piel era nívea y frágil como las alas de una mariposa, y sus pestañas eran ligeras pero muy onduladas. El color de sus labios era muy intenso, tenía un cuello esbelto y delicado, con una ligera curva de principio a fin. Su delgada y hermosa figura resaltaba bajo el uniforme. Pero lo más impresionante de ella eran sus ojos, la delicadeza de ellos era acompañada de una serenidad y calidez que me recordaban a las estrellas en todo el firmamento, en especial a la estrella del norte. Aquella luminosidad se ve reflejada en su accesorio de forma de estrella ubicado en su cabello, toda característica de ella es única en el mundo.
El silencio estaba muy presente, y sus finos ojos estaban apuntando hacia mí. Empecé a temblar, sentí como si estuviera a punto de ser capturado por un animal salvaje, no sabía que hacer. Al no dar respuesta alguna se acercó más, tanto que pude sentir su cálido pecho junto a su mirada aterradora
—¿Acaso no me escuchaste?
—Pero…la clase está a punto de empezar
—¿Y qué? Vamos
—Tendremos examen de historia…
—Mucha más razón para venir conmigo
—No entiendo a qué te refieres—Después de soltar un suspiro, movió su cabello
—Porque soy la chica destinada a dejar su legado por todo el mundo
Seguí atónito e inmóvil, era imposible razonar con ella, su actitud solo empeoraba la situación.
Aprovechando mi sensible disposición, apretó fuerte una de mis manos
—Suficiente, dije que me siguieras —Me jaló repentinamente, haciendo que pierda un poco el equilibrio y golpeara mi escritorio. Los CD’s que estaban sobre él quedaron en el aire por unos instantes. En mi difuminada visión, pude ver las letras impresas de uno de ellos: “Juventud del Siglo XX”. No tenía idea de que tipo de canción era. Lo único de que estaba seguro es que la brillante estrella se había cruzado en el camino del joven introvertido.
La preparatoria Sakamaki es considerada un lugar importante de la prefectura, con una cultura educativa aparentemente estándar. Sin embargo, esto es una completa falacia, ya que los estudiantes en realidad hacen lo que quieren. Estudiantes como Miu, que poseen una vestimenta no acorde a los estándares, no suelen recibir sanciones disciplinarias. Además, la preparatoria no parece preocuparse por mejorar su calidad de enseñanza. A pesar de la falta de administración, se ha convertido en un punto clave ya que suele ofrecer cierto tipo de ayudas. Sin embargo, si un estudiante desaprobara algunas asignaturas, perdería todos los beneficios que le fueron otorgados.
Otro aspecto a tener en cuenta es la gestión de las instalaciones. A simple vista, las instalaciones parecen nuevas e impecables, pero en realidad se encuentran muy descuidadas. La cerradura de la puerta de la terraza está un poco dañada, lo que permite el fácil acceso a cualquier persona. Además, es fácil entrar a las instalaciones, aunque no haya nadie en el instituto.
—Bueno, supongo que entenderás por qué estás aquí —Ioka cerró la puerta y se posicionó en ella, bloqueando mi única ruta de escape. Las cortinas cubrían todas las ventanas, lo que daba al ambiente una tonalidad completamente oscura a pesar de ser de mañana. Podía escuchar los murmullos de los estudiantes en el aula vecina. Ella seguía mi mirada como a un cazador, esperando el momento perfecto para capturar a su presa.
—Uh… ¿Es porque me arrastraste a la fuerza?
—No creo que sea apropiado decir eso, sabes perfectamente la razón
—Ehm… ¿Lo hiciste para que nadie nos escuchara?
—Por favor, deja de mentir—Suspiré ante su atrevida actitud
—Está bien… ¿Te refieres a lo que pasó en la terraza, Ito?
—No me llames así
—¿Acaso no es tu verdadero nombre?
—Nunca me ha gustado mi segundo nombre
—Entiendo ¿Entonces… Ioka?
—Aunque me parece una falta de respeto, está bien.
Agaché un poco el cuerpo en respuesta, discutir con ella consumía todas mis energías. Fue entonces cuando ella señaló con su delgado dedo hacia mí.
—Mi petición es muy simple: sin importar lo que recuerdes, mantén tu boca cerrada
Aquella frase confirmó sus sospechas: la chica de aquella noche era Ito Ioka
—No lo haría sin alguna razón
—¿Qué te hace pensar que confiaría en eso? —Al final de cuentas, aunque le dijera a cualquiera que la chica más popular de la preparatoria era una especie de ser sobrenatural, nadie me creería. Pero ella seguía convencida que eso podría traerle algunos problemas.
—Bueno… No creo poder beneficiarme con eso
—No es así, conoces bastante bien mi debilidad
—De-¿Debilidad?
—Bueno, incluso si no se lo cuentas a nadie más, deberías saber a lo que me refiero. Como sea, si deseas tener una vida tranquila, borra todo lo que recuerdas acerca de mí, ahora.
—Oye, no intento buscar problemas contigo
—Me parece perfecto. Entonces, no quiero saber nada más de ti. En caso de incumplir nuestro acuerdo…
—¿Incumplir?
—…sufrirás la destrucción de tu vida —Después de terminar su pequeña amenaza, se dio la vuelta suavemente.
Sí, se acabó. Tengo prohibido cualquier interacción con ella el resto de mis días. Vivimos en realidades muy diferentes, tanto como la suavidad de las nubes y la suciedad del barro, tan distantes como las estrellas en el firmamento y la superficie de la tierra. Sé que lo de aquella noche era un simple accidente. Sin embargo…
¿Estará bien dejarla ir e simplemente ignorarla?
Sentía curiosidad al darme cuenta de que la llama que emitía no era habitual. Pero… me amenazó con sufrir lo peor en caso haga caso omiso.
¿Pero qué hay de ella? ¿Acaso está viviendo una vida plena?
En ese momento, la escena de ella en la terraza apareció en mi mente
¿Por qué intenté ayudarla esa noche?
“Por favor, sálvame…” No escuché exactamente lo que dijo, pero creo que sus labios formaron esas palabras
—Ioka… tengo algo que decirte
—¿Uh? ¿Qué? —Se dio la vuelta y frunció un poco el ceño, claramente molesta
—Bueno, esto es para ti—saqué una caja de mentas de mi bolsillo y se la ofrecí. Sus ojos se abrieron, se acercó hacia mí de forma malhumorada mientras aplastaba la pequeña caja con una de sus manos
—No te daré las gracias
—Eso no importa, hay otra cosa más…—A pesar del miedo, reuní la fuerza para decirlo
—…conozco tu secreto —vi entonces el movimiento de su largo cabello, era un poco tarde al darme cuenta de lo que sucedía.
Tomó de uno de mis brazos, traté de retroceder, pero fue en vano. Perdí el equilibrio en una décima de segundo y caí de espaldas al suelo. Me resultó difícil respirar, es un milagro que no me haya golpeado la cabeza. ¿Lo hizo a propósito? mi cuerpo se sentía pesado, al abrir los ojos, la vi encima de mí, estaba sujetando mis dos brazos con fuerza, evitando que pudiera moverme.
—Después de todo, soy una modelo. Conozco el cuerpo humano de principio a fin
—Uhh… ¿Qué pasó…?
—Además, tengo experiencia en Judo. Es importante saber cómo defenderse con tu cuerpo, aunque en ciertas situaciones se permita el uso de tasers o bastones de policía, esto es una forma efectiva de defensa personal
—No creo que esté permitido usar las artes marciales para atacar
—Quería presumir un poco de mis habilidades
—No definas este tipo de ataque como si…
—Basta, si sigues hablando…—soltó mis brazos y se desabrochó la camisa, no pude apartar la mirada ante su pecho
—Q-¡¿Qué estás haciendo?!— Traté de levantarme, pero ella presionó mi pecho con una de sus manos, y sacó una llave del bolsillo de su falda. Luego, puso su pulgar en el botón. En ese momento, me miró directamente a los ojos con una expresión malvada.
—…haré que se destruya lo que queda de tu vida.
Eso no era una llave… era una alarma sonora.
Qué ridículo ¿Cómo es que alguien como ella pueda tener algo así? Debo admitir que su plan no es una mala idea. Al pulsar el botón, la gente de los alrededores vendrá corriendo debido al extraño sonido. Ella se convertiría en la víctima y yo en el acosador.
—E-¡Espera!
—Todo es tu culpa, debiste quedarte callado
—¡Déjame terminar! ¡Sé cómo desaparecer tu maldición!
—¿Crees que caeré en ese tipo de cuentos? —seguí empujando su cuerpo
—S-¡Sólo quería ayudar! ¡No te veías sorprendida al estar rodeada por el fuego! Quizá ya has tenido ese problema anteriormente
—¿Y qué?
—¡Es porqué…! Puedo ayudarte…
—Basta. Solo quieres aprovecharte de mí. Como sea, júrame que no le dirás a nadie más sobre esto para no seguir perdiendo el tiempo
Es difícil hacerla entrar en razón ¿Qué hago?
Mientras seguía pensando en un plan, logré ver una sombra oscura desde su pecho expuesto
—¡La lagartija! —Al darse cuenta de mi presencia, aquella sombra se dirigió hacia su cuello hasta desaparecer
—¿Qué sucede? —Ioka me miró extraña, es una clara señal.
—Mi cuerpo… Se siente caliente
—¡¿Acaso estás pensando en cosas sucias?!
—No… tu cuerpo realmente se siente caliente
—¿Que estás diciendo…? —Ioka trató de mantener la calma, aunque su voz empezaba a titubear junto a un jadeo. La temperatura que emanaba de su cuerpo empezaba a exceder los niveles normales para un humano.
Miré a mi alrededor y noté que todo el mobiliario estaba hecho de madera. Significa que… ¡Todo es inflamable! Recordé la escena en la terraza y me di cuenta de que, si ese fuego se desataba aquí, sería un gran desastre.
Un momento…
De repente sonó el timbre, la clase estaba por empezar. Ioka desvió la mirada y aproveché la última oportunidad, tomé fuerte de su mano y lancé la alarma sonora. Logré apartarla de mi cuerpo y me puse de pie, pero su cuerpo seguía emanando calor.
—S-Suéltame
—¡No hay tiempo!
—¡Dije que me sueltes! —exclamó mientras intentaba levantarse, pero perdió el equilibrio. La sostuve de inmediato, pero la temperatura de su cuerpo seguía aumentando
—Por favor, déjame ir…
—¡No lo haré! Necesitamos salir de aquí
—Bien… iré a la terraza sola— respondió. De repente, noté una pequeña llama en uno de sus hombros, no quedaba mucho tiempo. Ella seguía jadeando, lo que hacía que su boca estuviera totalmente húmeda, le era imposible no podía ponerse de pie. A pesar de no haber nada inflamable en la terraza, sería inapropiado de mi parte dejarla subir en esas condiciones.
Solo quedaba una posibilidad…
—Tenemos que irnos, ya— Apoyé mi hombro para sostenerla debido a sus inestables pasos. Su temperatura seguía subiendo, haciéndome sentir incómodo.
—¡Es por aquí! —La llevé rápidamente por el pasillo, tuvimos suerte que nadie más nos viera. En ese momento la mayoría estaba en clase, podría dar alguna excusa en caso de que alguien nos viera en esta situación.
En ese momento, noté que sus labios temblaban de dolor
—P-Por qué…—respondió Ioka-san, no podía comprender la situación.
Llegamos a nuestro destino al caminar por el largo pasillo, la puerta deslizante hizo un chirrido al chocar el tope.
—¡Sai-san!
—¡¿Eh?!— saltó del susto. Después de reconocerme, hizo un gran suspiro y puso una mano cerca de su pecho
—¿Qué sucede, Aruha-kun? Recuerda tocar la puerta ¿Qué pasa si me encuentras en una rara ocasión? — en ese momento, dejó la consola de juegos en su escritorio y se ajustó las gafas. Su colorido cabello estaba recogido en un moño alto . Su definida figura junto a las gafas me recordaba a una abeja en primavera. Era alta y su actitud era bastante amigable. Si llevara un uniforme, podría ser perfectamente confundida por una estudiante.
Sacudió la mano que contenía restos de papas fritas y la metió en el bolsillo de su bata blanca. Sai Satou, una problemática e irresponsable enfermera, se encontraba comiendo snacks y jugando en la consola en su horario de trabajo. Esto podría ser un problema para el instituto, pero no hay tiempo para eso.
—¡Es la chica de la que te hablé! —después de presenciar a Ioka aquella noche, le envié un mensaje a Sai-san, suele estar al tanto de este tipo de fenómenos
—Ah ¿Es ella?
—¡Sí! ¡Está poseída!
—¿Eh? ¡Debiste avisarme que vendrías! —inmediatamente cerró las cortinas, bloqueó la entrada y llevó a Ioka-san hacia una de las camas disponibles. Todo el ambiente se oscureció junto a un quejido de parte de Ioka. Sai-san, con un gesto preocupado, colocó su mano en la frente de Ioka.
—Uf, su temperatura es muy alta ¿Cuáles son sus síntomas?
—¡Ya te lo dije! ¡Su cuerpo emana fuego!
—¿Por qué la trajiste aquí? ¿Acaso quieres incendiar el consultorio?
—¡Perdón! No había tiempo para ir a otro lugar—observó los ojos de Ioka y presionó sus mejillas para observar dentro de su boca
—¿Crees que esté poseída por algún animal?
—Sí…
—¿Y qué era?
—Una especie de lagartija
—¿Sabes acerca de su tamaño?
—Mas o menos así—respondí mientras hacía un gesto con mis dedos recordando su extraño aspecto
—¿Ella sabe algo al respecto?
—No estoy seguro
—¿Ha tenido náuseas o algún tipo de delirio recientemente?
—No lo recuerdo exactamente —Sai-san se cruzó de brazos y siguió pensando
—Una especie de lagartija junto a una fiebre alta… Tal vez sea una salamandra, o quizá un ave fénix
—¡Haz algo! ¡Su temperatura sigue subiendo! —entré en pánico. Pensé que al venir aquí ella podría resolver el problema de inmediato, pero estaba equivocado. Sai-san seguía buscando una solución. La temperatura de Ioka estaba por superar los cien grados centígrados, sería un gran problema si su cuerpo comenzara a arder en llamas.
—Lo resolveré por mi cuenta— Ioka sacó una caja de mentas de uno de sus bolsillos
—Oh, eso es… —tomó una menta y la masticó, tosiendo levemente. Intentó cerrar la pequeña caja de mentas, pero su torpeza hizo que todas ellas cayeran en la cama.
—Supongo que con eso basta —seguía jadeando un poco, pero el ambiente a nuestro alrededor aún se encontraba vertiginoso—¡¿Por qué no funciona?!
—Tus síntomas han empeorado bastante, es imposible controlarlos a este punto —Sai-san me apartó un poco y miró fijamente a Ioka —Esto es malo… ¡Ayúdame un poco, Aruha-kun!
—¡¿En qué?!
—¡Sólo haz lo que te diga! ¡Ven, sujétala! —un pequeño tornado se había formado a nuestro alrededor junto a un sonido similar al viento. Los ojos de Ioka parpadearon, adquiriendo un color similar a la luz incandescente. Unas diminutas escamas aparecieron en su delicada nariz y unos pequeños colmillos eran extrañamente visibles a través de sus finos labios. A partir de ese momento comprendí todo, la maldición estaba apoderándose cada vez más de su ser.
—¡Aguanta un poco más, Ioka! —sostuve sus brazos detrás de ella, intentando que no escapara a pesar del forcejeo de sus pies. Su excesiva temperatura pasaba por mi cuerpo debido a nuestro contacto directo.
—¡¿Y ahora qué, Sai-san?!
—¡Espera un poco más! —respondió. Dirigí mi mirada hacia su dirección ante la duda, estaba buscando sin parar los cajones de su escritorio, sacando varios dulces.
—Busca algo que se pueda comer rápido… Este lugar se está tornando raro. Seguía sujetando al violento cuerpo de Ioka
Todo es mi culpa… Al final no pude hacer nada para salvarla… Vamos… ¡Piensa en algo Sai-san!
—¡Aquí está! —exclamó finalmente al encontrar lo que buscaba, parecía alguna herramienta especial para solucionar todo tipo de problemas. Era una tableta fina recubierta de papel dorado… sin embargo…
—¡¡¿Chocolate?!! —Sai-san intentó quitar el papel que recubría el chocolate sin éxito
—¡Si! —usó su rodilla para romper el chocolate por la mitad, quitó rápidamente la envoltura y lo lanzó hacia mí —¡Dáselo!
—Ehh… —logré atrapar el chocolate, pero mis manos seguían temblando, lo que dificultaba mi agarre
—¡Vamos, come un poco! —empezaron a aparecer llamas en los hombros de Ioka. Una sensación de vértigo se apoderaba de mi ser a causa de la excesiva ansiedad, no podía soportarlo más— ¡Apresúrate! —introduje rápidamente el chocolate en su boca y la cubrí con la mano para que evitara escupirlo
—¡No permitas que lo saque!
—Es fácil decirlo… —Ioka se retorcía de dolor y su temperatura no paraba de aumentar, seguía forcejeando y logró apartar mi mano, estaba tratando de escupir el chocolate.
No quedaba tiempo, así que, sin más opciones, la abracé. Presioné su cabeza en mi pecho con mis manos, sintiendo su agitada respiración en mi cuerpo.
—¡Mi piel empieza a arder! ¡¿Podemos parar ya?!
—¡No! ¡Espera un poco más! —respondió Sai-san
—¡Es imposible!
—¡Solo hazlo! —la abracé con más fuerza. De pronto, sentí una pequeña protuberancia pasando por su garganta. Noté como poco a poco disminuía su resistencia, su rostro sereno reposó en mi pecho. Sus finos labios dejaron escapar un pequeño suspiro y ella continuó respirando con tranquilidad. Quería creer que todo lo que pasó era solo un sueño.
—Creo… que eso es todo —respondió Sai-san
—Tuve miedo —fue un alivio, pero de repente sentí un fuerte ardor en la mayor parte de mi cuerpo, sentí una gran incomodidad en la cabeza, espalda y brazos. El cuello y las palmas de mi mano también ardían, causada por el contacto con el cuerpo de Ioka.
—Esto… ¿Crees que puedas ayudarme? —levanté a Ioka en brazos usando las últimas fuerzas que me quedaban. Dejé escapar un suspiro tras dejarla en la cama con a la ayuda de Sai-san
—Buen trabajo
—¡Estábamos a punto de morir!
—Es verdad, pero aquí estamos ¿No es así? Evitamos que se produjera un desastre y te hicieras cenizas.
—Era muy probable que pasara… —agotado, quité el sudor de mi frente. A pesar de sus palabras, sentía el miedo al pensar en lo que podría haber pasado si no la hubiéramos detenido.
Regresé a verla en la cama, su expresión era tranquila como si lo que acababa de suceder hace unos momentos fuera solo una ilusión. Sus largas pestañas reflejaban pequeñas sombras sobre su blanca piel, y una suave curva se formó en sus finas cejas. Era hermosa, sin embargo, su actitud difería bastante de la belleza de su ser, a primera vista, parecía una muñeca creada por un gran artesano celestial.
Cualquier cosa podría haber sucedido, respiré profundamente para asegurarme de que seguía vivo. A pesar de eso… todavía no habíamos resuelto el problema.
—Lo peor está por venir…
—Hemos tenido bastante suerte hasta ahora. Lo que viene a continuación es… el verdadero exorcismo del diablo — respondió Sai-san junto a una sonrisa temeraria
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